Uk Experience

Sunday, March 23, 2008

El portátil y la cámara digital


Fué la llave, o probablemente la puerta de la habitación de enfrente la que precipitó los hechos. La desesperación, tomar rápidas decisiones, alterar el ritmo ya de por sí frenético y loco de esta ciudad, desconfianzas, conversaciones a escondidas, unas cervezas a media tarde, una cena no planificada, ... el caso es que todo ello vino provocado por un portátil y una cámara digital.
La noche del lunes 3 de marzo llegué al flat cansada y harta del maldito delivery, de los new products, de Mathew y del boss japonés. Llegué y me encontré la luz de la escalera encendida, eso significaba "jaleo jaleo"... alguien en casa, en la cocina, dando guerra, y yo no estaba ni para un sencillo "hi...". Pero abrí la puerta y ahí estaban todos, bueno todas y él, el francés que a la vez que te hace un truco de magia, te suelta cinco o seis frases en japonés y además en castellano, y te quedas ahí, con cara de ignorante con tus solo 2 idiomas y medio (el medio es por el inglés, for sure! jijijiji). Pués ahí estaban, y yo con mis ganas de meterme una buena ducha y al sobre.
Cuatro frases, y de repente un .... "where is your laptop?" ¡¡¡Its not there!!!!
El caso, sin saber cómo ni cuándo ni quién, habían desaparecido de la habitación de enfrente el portátil y la cámara digitial de una de las compañeras de piso.
Ninguna puerta forzada, ninguna ventana. Silencio. Reflexión. Dudas e incomprensibles inocentes convertidas en culpables...
Por fortuna (o pura estrategia) el dinero de la renta (430 sufridos pounds!) estaban aún en la mesita de noche convertida en "caja fuerte de seguridad".
Por desgracia, todas las demás puertas estaban cerradas con llave excepto la habitación de enfrente. Así que por segundos, nos convertíamos en culpables, una más que las otras. Pero al fin y al cabo culpables.
Los días que siguieron fueron muy extraños, las miradas y los encuentros se sucedían de una manera algo desconfiada. Hasta que la señal de alarma se desató.
La ocupante de la habitación de enfrente decidió dejar el flat a final de mes, y todas con ella nos teníamos que marchar. Por unos instantes me sentí como desterrada de mi propio territorio, sentí ese irrefrenable punto de vista que sufren los hombres y mujeres a quien se les niega la entrada a un país por desconcertantes motivos de nacionalidad.
Si no teníamos suficiente con eso, al cabo de unos días, la montaña rusa ocupante de la habitación de enfrente decide quedarse a una semana y media vista del planificado desalojo.
Todas nos quedamos increiblemente alucinadas, ¿de qué se trata todo este embrollo?
¿quién y por qué está detrás de todo esto? ...
Ayer tarde, con unas cervezas en el pub de la esquina, decidimos ponerle un nombre a toda esta historia: SABOTAJE. Una estrategia (bien o no) planificada, con robo incluido, sorpresa y sospechas. Posiblemente por motivos personales, sobretodo de una personalidad altamente nociva, fruto de los malos vicios y las endimoniadas malas compañías.
Cada noche antes de irme a dormir, me pregunto dónde estará el portátil y la dichosa cámara digital.